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domingo, 7 de abril de 2013

Produccion y procesamiento de los alimentos

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Comer yogur, la mejor prevención frente a las bacterias

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El aumento de las temperaturas suele hacer que la proliferación de bacterias sea mayor en esta época del año, Este hecho afecta a muchos de los alimentos que nos llevamos a la boca, y que son los causantes de trastornos digestivos que acaban minando nuestra flora intestinal, agravando aún más el problema. Por ello es necesario que siempre mantengamos una flora preparada para acabar con las bacterias que llegan a través de los alimentos. La ingesta de yogur es una buena manera, y es que es un alimento que debe estar presente en nuestra dieta diaria.
Los yogures naturales están elaborados a partir de leche fermentada. Esta fermentación se produce a través de la acción de una serie de bacterias, que se las conoce como bífidos. Éstas son las encargadas de conseguir que la flora intestinal se refuerce y se vuelva mucho más potente de cara aacabar con el ataque de agentes externos. Los bífidos son bacterias que nos ayudan a acabar con otra nocivas para el organismo. Pero no solo los yogures se encargan de esto, sino que además tienen otras muchas cualidades que no podemos pasar por alto.
Una de las ventajas fundamentales del yogur natural es que es un buen aperitivo que nos ayudará a calmar el hambre mientras nos nutre. Hay que destacar su escaso aporte graso, y su alto contenido en calcio, concretamente tiene más dosis que la leche normal, además de no tener apenas lactosa, y ser mucho más digestivo y rápido de asimilar por el organismo, mejorando así la digestión y haciendo que el metabolismo funcione más rápido.
Junto a todo esto el yogur natural nos aporta altas dosis de minerales como el magnesio, el fósforo o el potasio, necesarios para mantener un correcto funcionamiento del organismo a todos los niveles. Pero frente a esto es importante que tengamos en cuenta la importancia que el yogur tiene a la hora de ayudarnos a superar trastornos digestivos como la diarrea, los gases, los vómitos… Esta cualidad se debe a los antes mencionados organismos vivos que contiene y que son los encargados de hacer de él un antibiótico muy sabroso.
Es importante que tengamos esto en cuenta y que hagamos del yogur un plato esencial en nuestra dieta diaria. Por ello debemos incluirlo para conseguir así una buena salud y mantener unasdefensas reforzadas mientras matamos el hambre entre horas y logramos mantener la línea con un alimento bajo en grasa.

Bacterias beneficiosas para el organismo

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Escuchar la palabra bacteria nos trae a la mente enfermedades e infecciones. Es cierto que muchos de los males que sufrimos en nuestro cuerpo se deben al ataque de las bacterias, pero no todas son malas, sino que existen algunas como las conocidas bacterias beneficiosas contenidas en los alimentos probióticos, que nos ofrecen un sinfín de beneficios para el organismo.
Las bacterias beneficiosas se encuentran básicamente en los intestinos, tanto en el delgado como en el grueso, pero concretamente en el colon. Estas bacterias forman la que conocemos como flora intestinal y es la encargada de que digiramos correctamente los alimentos y los aprovechemos al máximo. Estas bacterias son las encargadas de evitar infecciones intestinales y otras derivadas de una mala asimilación de los alimentos, además de ser una buna forma de prevenir enfermedades.
Es importante que a la hora de alimentarnos ingiramos alimentos probióticos. Estos son los que contienen en su composición bacterias beneficiosas que nos ayudarán a repoblar la flora intestinal que se pierde a diario debido a nuestro ritmo de vida, el estrés y los diferentes cambios externos. Esta pérdida hace que en muchos casos nuestras defensas se vean reducidas y seamos más vulnerables al ataque de las bacterias nocivas para la salud.
Los probióticos se puedes agrupar en dos grupos, los lactobacilos y las bifidobacterias que se encuentran fundamentalmente en los lácteos y son los responsables de mantener una correcta flora intestinal. Nos aportan grandes dosis de bacterias beneficiosas para el organismo que se encargan de diferentes procesos como la asimilación de los hidratos de carbono, la síntesis de las vitaminas del grupo B, mejoran la absorción del calcio, disminuyen los síntomas del intestino irritable, y hacen que asimilemos mucho mejor la lactosa.
Es importante que consumamos lácteos para conseguir una buena flora intestinal, pero no solamente es conseguirla, sino mantenerla, y para ello debemos de dotar de alimento a las bacterias que la formarán. Este tipo de sustancias son las que se conocen como los prebióticos y son sustancias que hacen posible la proliferación y mantenimiento de las bacterias intestinales, es decir, es su alimento. Estas sustancias se encuentran en el trigo, la cebada, la levadura de cerveza, el ajo, la cebolla… y nos ayudarán a mantener por más tiempo la flora intestinal intacta.
Pero en este juego entra en escena un tercer elemento que permite que los probióticos se aprovechen de los prebióticos. Se trata de los simbióticos, que combinan las propiedades de ambos. Un ejemplo claro son los yogures con fibra, que aumentan la efectividad de ambos. Algunos elementos como el exceso de antibióticos harán que la flora intestinal se resienta y muchas de las bacterias beneficiosas y necesarias que la pueblan se mueran y desaparezcan disminuyendo nuestro bienestar.

Bacterias probóticas de los lácteos que son resistentes a los antibióticos


Según investigadores de siete países europeos, la cepa E41 de una bacteria probiótica que se utiliza como conservante natural en algunos productos lácteos, laLactobacillus rhamnosus, tiene una mutación cromosómica que la hace resistente a varios antibióticos, por lo que ya solicitan que estas bacterias y las que muestren resistencia adquirida no sean utilizadas en productos alimenticios.
Otras cepas en las que también han hallado el poder de resistencia a un antibiótico como la tetraciclina, son dos de la Lactococcus lactis y una de la Lactobacillus sakei.
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Los investigadores del proyecto ACE-ART, entre los que se encuentran Baltasar Mayo, Clara de los Reyes-Gavilán y Abelardo Margolles, del Instituto de Productos Lácteos de Asturias (CSIC), analizaron 250 bacterias de ácido láctico procedente de quesos tradicionales y 250 del intestino de personas sanas para encontrar las que pueden resultar perjudiciales.

El problema surge cuando dichas cepas entran en contacto con microorganismos patógenos, ya que les pueden proporcionar resistencia frente a los antibióticos y el tratamiento frente a la infección no sería eficaz.
Uno de los quesos que los investigadores han mencionado que cuentan con la cepa E41 de la bacteria Lactobacillus rhamnosus, cepa que ha sido patentada por el equipo asturiano, es el Cabrales. ¿Deberemos dejar de tomar ciertos quesos hasta una confirmación o la exclusión de estas bacterias probióticas en la producción de alimentos?.

Con el verano aumentan las intoxicaciones alimentarias, extrema las precauciones

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En verano las intoxicaciones alimentarias aumentan, el calor es un excelente aliado para los microorganismos patógenos, siendo esta época un excelente caldo de cultivo para su proliferación. Extremar las precauciones con los alimentos es algo básico, pero no sólo en nuestro propio hogar, también cuando salimos a comer fuera tenemos que acudir a un establecimiento que nos dé confianza.
Recientemente en Argentina han prohibido la venta de carne picada en las carnicerías a no ser que se haga en el momento de comprarla y delante del consumidor, la práctica de preparar el trabajo con antelación ha sido prohibida por las autoridades sanitarias del país. El motivo no es otro que la proliferación de intoxicaciones resultantes de la acción de una bacteria que provoca el Síndrome Urémico Hemolítico, enfermedad que se transmite principalmente a través de la carne y los lácteos.

Una cocción mal elaborada o una inadecuada conservación del alimento en las neveras y mucho más fuera de ellas, provoca la infección de los alimentos. Al parecer, los carniceros argentinos acostumbraban a picar grandes cantidades de carne para facilitar el trabajo y el tiempo, pudiendo atender rápidamente a la clientela, esto ha ocasionado que hayan aumentado los casos de Síndrome Urémico Hemolítico.
La enfermedad en cuestión ataca con mayor contundencia a los niños, ya que su organismo se encuentra todavía inmaduro y sin tanta capacidad defensiva como puede tener un adulto. El resultado en ocasiones es dramático, ya que puede acabar con sus vidas.
España no se libra de esta práctica, seguro que más de un lector se encuentra carne ya picada en las carnicerías, debería instaurarse como práctica obligatoria también en nuestro país el picar la carne frente al consumidor. Enfatizamos en la necesidad de cuidar especialmente la higiene, la conservación de los alimentos y garantizar la procedencia de éstos, será la manera más eficaz de disfrutar de un verano sin complicaciones alimentarias.

Cinco alimentos-medicamento

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Cada alimento tiene unas propiedades determinadas y hoy os vamos a hablar de los alimentos-medicamento, aquellos que por sus características previenen enfermedades o ayudan a tratarlas. Teniendo en cuenta que la mayor parte de los medicamentos salen de las plantas, no es de extrañar que haya alimentos con propiedades muy beneficiosas: 
  • La cebolla: tiene muchas propiedades, una de ellas se debe al compuesto que nos hace llorar, la capsaicina, un potente antiséptico que mantiene alejados a los microbios, lo que disminuye el riesgo de infecciones bacterianas. También contiene glucoquinina, una sustancia que disminuye los niveles de glucosa en sangre, algo muy útil para prevenir y tratar la diabetes. Y por último su alto contenido en fibra, que ayuda con los problemas de estreñimiento.
  • Los productos fermentados, como el yogur. Son considerados alimentos probióticos, importantes para reforzar la flora bacteriana y potenciar así el sistema inmunológico. Si quieres reforzar la barrera contra las infecciones los productos fermentados te ayudarán.
  • La naranja y en general la fruta con alto contenido en vitamina C (limón, kiwi, cerezas…). Además de ser un antioxidante imprescindible en el deportista, ayuda a preservar el tejido conectivo y a producir glóbulos blancos. Importante a la hora de prevenir, por eso las madres siempre han dicho eso de: “tómate el zumo que no te resfriarás”.
  • El Ajo: quizá sea uno de los alimentos-medicamento más representativos. Gracias a la alicina es un buen bactericida, como la cebolla, previniendo infecciones bacterianas. Por su gran cantidad de compuestos sulfurados, facilita la circulación sanguínea y el aporte de oxígeno a los tejidos. Y no olvidemos la cantidad de minerales y vitaminas que tiene.
  • Las nueces: tienen alto contenido en magnesio, al igual que otros frutos secos. El magnesio interviene en la formación de linfocitos, las células de nuestro cuerpo que forma en ejército defensivo. Además para el deportista es importante porque interviene en las reacciones energéticas, sin las cuales no podrían darse la contracción muscular.
Sobre todo son alimentos para prevenir, porque una vez que caemos enfermos es difícil tratar una enfermedad sólamente con un alimento, en estos casos lo mejor es ir al médico que seguro que nos dará los pertinentes medicamento y además nos aconsejará sobre el tipo de alimentación a seguir.

Consejos para acabar con las bacterias en estropajos y esponjas

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Las infecciones alimenticias e intestinales no siempre se producen por ingerir alimentos en mal estado. Es cierto que la gran culpa la tiene el estado de conservación de lo que comemos, pero la higiene que rodea tanto a los alimentos como a los utensilios en los que los preparamos y servimos es muy importante. Por eso nos vamos a detener en el estado de las esponjas y estropajos de cocina, una potencial fuente de bacterias que pueden afectar nuestra salud seriamente.
A pesar de no reparar en ello, las esponjas y utensilios de limpieza de la cocina son un potencial foco de bacterias, ya que en ellas se dan las condiciones adecuadas para que proliferen bacterias y microorganismos. No hay que olvidar que casi siempre suelen estar húmedas y llenas de suciedad, el caldo de cultivo adecuado para que las bacterias se alimenten y se reproduzcan, tomando así fuerza y pudiendo afectar a nuestra salud. Por ello es necesario que prestemos atención a las condiciones de estos utensilios para evitar estas infecciones.

Un foco de bacterias

El problema de los estropajos y esponjas para limpiar los cacharros es que están en contacto directo con la comida. Estos utensilios pueden estar rotos y agrietados, quedándose entre estas grietas la comida. A ello debemos sumarle la humedad a la que suelen estar sometidos las esponjas y estropajos, además del calor que reina en esta época del año. Todo ello hace que las bacterias proliferen. Por ello es necesario que tomemos las medidas adecuadas para evitar estos microorganismos que pueden poner en serio peligro nuestra salud.
Lo que solemos hacer la mayoría de nosotros es simplemente limpiar la esponja y los estropajos con agua después de haber fregado todos los utensilios de cocina. Esta manera de eliminar los restos no es suficiente para acabar con las bacterias que tienden a crecer en estos utensilios. A pesar de que cada vez los materiales con los que se realizan esponjas y estropajos son mejores y ellos mismos acaban con las bacterias, es necesario desinfectarlos para evitar el crecimiento de esta amenaza para nuestra salud.

Medidas de desinfección

Una de las principales medidas que debemos llevar al respecto es tener varios estropajos y varias esponjas. Una de ellas deberá estar seca y lista para usar mientras la otra la limpiamos. Limpieza que debemos realizar cada semana. Pero la manera de limpiarla puede ser diversa, ya que la podemoslavar con agua y lejía o con agua y limón, que la desinfectará, aunque este proceso no eliminará las bacterias al cien por cien. Una manera de eliminarlas casi en su totalidad es calentando la esponja o el estropajo en el microondas durante un minuto, ya que el calor que éste desprende acabará con las bacterias.
Otra manera de acabar con la proliferación de bacterias es limpiar los estropajos y esponjas con frecuencia, eliminando los restos de comida o desperdicios que hayan podido quedar al fregar. Es necesario que además de esto escurramos muy bien la esponja y los estropajos para que se mantenga seca mientras no se está usando, ya que la humedad es la principal causa del desarrollo bacteriológico. Las manchas densas de grasa y salsas las debemos eliminar con papel de cocina en vez de con la esponja, ya que son más difíciles de eliminar y son un potente foco de bacterias.