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jueves, 4 de abril de 2013

Factores a controlar para evitar la contaminación de los alimentos

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La contaminación de los alimentos a la hora de conservarlos es algo que a todos nos trae de cabeza, y es que muchos son los puntos que debemos tener en cuenta para evitar que los agentes patógenos que se encargan de contaminar los alimentos se apoderen de ellos. Por norma general existen tres puntos que debemos tener en cuenta a la hora de proteger los alimentos, y estos son la temperatura, el ph de los alimentos y el agua que éstos contienen. Es importante controlarlos para evitar que se estropee la comida que queremos conservar.
La temperatura es un punto que debemos tener en cuenta a la hora de conservar los alimentos, de hecho es uno de los más importantes, pues de ella depende la proliferación de muchos de los microorganismo que poblarán los alimentos. Existen diferentes formas de detener el crecimiento de patógenos mediante la temperatura, una es por el frío, que puede ser refrigeración o congelación. La refrigeración mantiene el alimento fresco para que no crezcan microorganismos, aunque con el paso del tiempo algunos surgen. La congelación consiste en mantener a los alimentos a temperaturas tan bajas que no crean agentes patógenos. En cambio, las temperaturas elevadas también acaban con muchos patógenos, por lo que al cocinarlos muchas sustancias nocivas mueren.
Controlar el ph de los alimentos es otra manera de evitar la proliferación de organismos patógenos que nos pueden causar enfermedades. La mayoría de los agentes que contaminan los alimentos aguanta un ph de entre cinco y 8, por lo que debemos evitar que este se mantenga en estas cifras. Por ello muchos alimentos se conservan en ácidos como el vinagre, o el limón, para evitar la proliferación de sustancias que pueden hacernos mal.
El agua de los alimentos es otra manera por la que las sustancias patógenas de los mismos se reproducen y crecen, y es que conservar alimentos con grandes cantidades de agua es un problema, pues es un caldo de cultivo de bacterias y hongos. Por ello es mejor mantener los alimentos deshidratados a la hora de conservarlos, pues evitaremos que se produzca el crecimiento de estos organismos. Si es necesario que el alimento permanezca con agua, lo podemos hacer con almíbares, ya que al contener grandes cantidades de azúcares el agua disminuye. Lo mismo sucede al utilizar sal en la conservación, ya que ésta disminuye la cantidad de agua, pero hay que tener presente que también se puede alterar el sabor del alimento.
Es importante que tengamos esto en cuenta a la hora de conservar los alimentos, pues los agentes patógenos que se producen en ellos son la causa de infinidad de enfermedades y malestares digestivos que pueden traducirse en un empeoramiento de la salud general que debemos evitar a toda costa.

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