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domingo, 7 de abril de 2013

Produccion y procesamiento de los alimentos

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Comer yogur, la mejor prevención frente a las bacterias

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El aumento de las temperaturas suele hacer que la proliferación de bacterias sea mayor en esta época del año, Este hecho afecta a muchos de los alimentos que nos llevamos a la boca, y que son los causantes de trastornos digestivos que acaban minando nuestra flora intestinal, agravando aún más el problema. Por ello es necesario que siempre mantengamos una flora preparada para acabar con las bacterias que llegan a través de los alimentos. La ingesta de yogur es una buena manera, y es que es un alimento que debe estar presente en nuestra dieta diaria.
Los yogures naturales están elaborados a partir de leche fermentada. Esta fermentación se produce a través de la acción de una serie de bacterias, que se las conoce como bífidos. Éstas son las encargadas de conseguir que la flora intestinal se refuerce y se vuelva mucho más potente de cara aacabar con el ataque de agentes externos. Los bífidos son bacterias que nos ayudan a acabar con otra nocivas para el organismo. Pero no solo los yogures se encargan de esto, sino que además tienen otras muchas cualidades que no podemos pasar por alto.
Una de las ventajas fundamentales del yogur natural es que es un buen aperitivo que nos ayudará a calmar el hambre mientras nos nutre. Hay que destacar su escaso aporte graso, y su alto contenido en calcio, concretamente tiene más dosis que la leche normal, además de no tener apenas lactosa, y ser mucho más digestivo y rápido de asimilar por el organismo, mejorando así la digestión y haciendo que el metabolismo funcione más rápido.
Junto a todo esto el yogur natural nos aporta altas dosis de minerales como el magnesio, el fósforo o el potasio, necesarios para mantener un correcto funcionamiento del organismo a todos los niveles. Pero frente a esto es importante que tengamos en cuenta la importancia que el yogur tiene a la hora de ayudarnos a superar trastornos digestivos como la diarrea, los gases, los vómitos… Esta cualidad se debe a los antes mencionados organismos vivos que contiene y que son los encargados de hacer de él un antibiótico muy sabroso.
Es importante que tengamos esto en cuenta y que hagamos del yogur un plato esencial en nuestra dieta diaria. Por ello debemos incluirlo para conseguir así una buena salud y mantener unasdefensas reforzadas mientras matamos el hambre entre horas y logramos mantener la línea con un alimento bajo en grasa.

Bacterias beneficiosas para el organismo

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Escuchar la palabra bacteria nos trae a la mente enfermedades e infecciones. Es cierto que muchos de los males que sufrimos en nuestro cuerpo se deben al ataque de las bacterias, pero no todas son malas, sino que existen algunas como las conocidas bacterias beneficiosas contenidas en los alimentos probióticos, que nos ofrecen un sinfín de beneficios para el organismo.
Las bacterias beneficiosas se encuentran básicamente en los intestinos, tanto en el delgado como en el grueso, pero concretamente en el colon. Estas bacterias forman la que conocemos como flora intestinal y es la encargada de que digiramos correctamente los alimentos y los aprovechemos al máximo. Estas bacterias son las encargadas de evitar infecciones intestinales y otras derivadas de una mala asimilación de los alimentos, además de ser una buna forma de prevenir enfermedades.
Es importante que a la hora de alimentarnos ingiramos alimentos probióticos. Estos son los que contienen en su composición bacterias beneficiosas que nos ayudarán a repoblar la flora intestinal que se pierde a diario debido a nuestro ritmo de vida, el estrés y los diferentes cambios externos. Esta pérdida hace que en muchos casos nuestras defensas se vean reducidas y seamos más vulnerables al ataque de las bacterias nocivas para la salud.
Los probióticos se puedes agrupar en dos grupos, los lactobacilos y las bifidobacterias que se encuentran fundamentalmente en los lácteos y son los responsables de mantener una correcta flora intestinal. Nos aportan grandes dosis de bacterias beneficiosas para el organismo que se encargan de diferentes procesos como la asimilación de los hidratos de carbono, la síntesis de las vitaminas del grupo B, mejoran la absorción del calcio, disminuyen los síntomas del intestino irritable, y hacen que asimilemos mucho mejor la lactosa.
Es importante que consumamos lácteos para conseguir una buena flora intestinal, pero no solamente es conseguirla, sino mantenerla, y para ello debemos de dotar de alimento a las bacterias que la formarán. Este tipo de sustancias son las que se conocen como los prebióticos y son sustancias que hacen posible la proliferación y mantenimiento de las bacterias intestinales, es decir, es su alimento. Estas sustancias se encuentran en el trigo, la cebada, la levadura de cerveza, el ajo, la cebolla… y nos ayudarán a mantener por más tiempo la flora intestinal intacta.
Pero en este juego entra en escena un tercer elemento que permite que los probióticos se aprovechen de los prebióticos. Se trata de los simbióticos, que combinan las propiedades de ambos. Un ejemplo claro son los yogures con fibra, que aumentan la efectividad de ambos. Algunos elementos como el exceso de antibióticos harán que la flora intestinal se resienta y muchas de las bacterias beneficiosas y necesarias que la pueblan se mueran y desaparezcan disminuyendo nuestro bienestar.

Bacterias probóticas de los lácteos que son resistentes a los antibióticos


Según investigadores de siete países europeos, la cepa E41 de una bacteria probiótica que se utiliza como conservante natural en algunos productos lácteos, laLactobacillus rhamnosus, tiene una mutación cromosómica que la hace resistente a varios antibióticos, por lo que ya solicitan que estas bacterias y las que muestren resistencia adquirida no sean utilizadas en productos alimenticios.
Otras cepas en las que también han hallado el poder de resistencia a un antibiótico como la tetraciclina, son dos de la Lactococcus lactis y una de la Lactobacillus sakei.
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Los investigadores del proyecto ACE-ART, entre los que se encuentran Baltasar Mayo, Clara de los Reyes-Gavilán y Abelardo Margolles, del Instituto de Productos Lácteos de Asturias (CSIC), analizaron 250 bacterias de ácido láctico procedente de quesos tradicionales y 250 del intestino de personas sanas para encontrar las que pueden resultar perjudiciales.

El problema surge cuando dichas cepas entran en contacto con microorganismos patógenos, ya que les pueden proporcionar resistencia frente a los antibióticos y el tratamiento frente a la infección no sería eficaz.
Uno de los quesos que los investigadores han mencionado que cuentan con la cepa E41 de la bacteria Lactobacillus rhamnosus, cepa que ha sido patentada por el equipo asturiano, es el Cabrales. ¿Deberemos dejar de tomar ciertos quesos hasta una confirmación o la exclusión de estas bacterias probióticas en la producción de alimentos?.

Con el verano aumentan las intoxicaciones alimentarias, extrema las precauciones

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En verano las intoxicaciones alimentarias aumentan, el calor es un excelente aliado para los microorganismos patógenos, siendo esta época un excelente caldo de cultivo para su proliferación. Extremar las precauciones con los alimentos es algo básico, pero no sólo en nuestro propio hogar, también cuando salimos a comer fuera tenemos que acudir a un establecimiento que nos dé confianza.
Recientemente en Argentina han prohibido la venta de carne picada en las carnicerías a no ser que se haga en el momento de comprarla y delante del consumidor, la práctica de preparar el trabajo con antelación ha sido prohibida por las autoridades sanitarias del país. El motivo no es otro que la proliferación de intoxicaciones resultantes de la acción de una bacteria que provoca el Síndrome Urémico Hemolítico, enfermedad que se transmite principalmente a través de la carne y los lácteos.

Una cocción mal elaborada o una inadecuada conservación del alimento en las neveras y mucho más fuera de ellas, provoca la infección de los alimentos. Al parecer, los carniceros argentinos acostumbraban a picar grandes cantidades de carne para facilitar el trabajo y el tiempo, pudiendo atender rápidamente a la clientela, esto ha ocasionado que hayan aumentado los casos de Síndrome Urémico Hemolítico.
La enfermedad en cuestión ataca con mayor contundencia a los niños, ya que su organismo se encuentra todavía inmaduro y sin tanta capacidad defensiva como puede tener un adulto. El resultado en ocasiones es dramático, ya que puede acabar con sus vidas.
España no se libra de esta práctica, seguro que más de un lector se encuentra carne ya picada en las carnicerías, debería instaurarse como práctica obligatoria también en nuestro país el picar la carne frente al consumidor. Enfatizamos en la necesidad de cuidar especialmente la higiene, la conservación de los alimentos y garantizar la procedencia de éstos, será la manera más eficaz de disfrutar de un verano sin complicaciones alimentarias.

Cinco alimentos-medicamento

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Cada alimento tiene unas propiedades determinadas y hoy os vamos a hablar de los alimentos-medicamento, aquellos que por sus características previenen enfermedades o ayudan a tratarlas. Teniendo en cuenta que la mayor parte de los medicamentos salen de las plantas, no es de extrañar que haya alimentos con propiedades muy beneficiosas: 
  • La cebolla: tiene muchas propiedades, una de ellas se debe al compuesto que nos hace llorar, la capsaicina, un potente antiséptico que mantiene alejados a los microbios, lo que disminuye el riesgo de infecciones bacterianas. También contiene glucoquinina, una sustancia que disminuye los niveles de glucosa en sangre, algo muy útil para prevenir y tratar la diabetes. Y por último su alto contenido en fibra, que ayuda con los problemas de estreñimiento.
  • Los productos fermentados, como el yogur. Son considerados alimentos probióticos, importantes para reforzar la flora bacteriana y potenciar así el sistema inmunológico. Si quieres reforzar la barrera contra las infecciones los productos fermentados te ayudarán.
  • La naranja y en general la fruta con alto contenido en vitamina C (limón, kiwi, cerezas…). Además de ser un antioxidante imprescindible en el deportista, ayuda a preservar el tejido conectivo y a producir glóbulos blancos. Importante a la hora de prevenir, por eso las madres siempre han dicho eso de: “tómate el zumo que no te resfriarás”.
  • El Ajo: quizá sea uno de los alimentos-medicamento más representativos. Gracias a la alicina es un buen bactericida, como la cebolla, previniendo infecciones bacterianas. Por su gran cantidad de compuestos sulfurados, facilita la circulación sanguínea y el aporte de oxígeno a los tejidos. Y no olvidemos la cantidad de minerales y vitaminas que tiene.
  • Las nueces: tienen alto contenido en magnesio, al igual que otros frutos secos. El magnesio interviene en la formación de linfocitos, las células de nuestro cuerpo que forma en ejército defensivo. Además para el deportista es importante porque interviene en las reacciones energéticas, sin las cuales no podrían darse la contracción muscular.
Sobre todo son alimentos para prevenir, porque una vez que caemos enfermos es difícil tratar una enfermedad sólamente con un alimento, en estos casos lo mejor es ir al médico que seguro que nos dará los pertinentes medicamento y además nos aconsejará sobre el tipo de alimentación a seguir.

Consejos para acabar con las bacterias en estropajos y esponjas

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Las infecciones alimenticias e intestinales no siempre se producen por ingerir alimentos en mal estado. Es cierto que la gran culpa la tiene el estado de conservación de lo que comemos, pero la higiene que rodea tanto a los alimentos como a los utensilios en los que los preparamos y servimos es muy importante. Por eso nos vamos a detener en el estado de las esponjas y estropajos de cocina, una potencial fuente de bacterias que pueden afectar nuestra salud seriamente.
A pesar de no reparar en ello, las esponjas y utensilios de limpieza de la cocina son un potencial foco de bacterias, ya que en ellas se dan las condiciones adecuadas para que proliferen bacterias y microorganismos. No hay que olvidar que casi siempre suelen estar húmedas y llenas de suciedad, el caldo de cultivo adecuado para que las bacterias se alimenten y se reproduzcan, tomando así fuerza y pudiendo afectar a nuestra salud. Por ello es necesario que prestemos atención a las condiciones de estos utensilios para evitar estas infecciones.

Un foco de bacterias

El problema de los estropajos y esponjas para limpiar los cacharros es que están en contacto directo con la comida. Estos utensilios pueden estar rotos y agrietados, quedándose entre estas grietas la comida. A ello debemos sumarle la humedad a la que suelen estar sometidos las esponjas y estropajos, además del calor que reina en esta época del año. Todo ello hace que las bacterias proliferen. Por ello es necesario que tomemos las medidas adecuadas para evitar estos microorganismos que pueden poner en serio peligro nuestra salud.
Lo que solemos hacer la mayoría de nosotros es simplemente limpiar la esponja y los estropajos con agua después de haber fregado todos los utensilios de cocina. Esta manera de eliminar los restos no es suficiente para acabar con las bacterias que tienden a crecer en estos utensilios. A pesar de que cada vez los materiales con los que se realizan esponjas y estropajos son mejores y ellos mismos acaban con las bacterias, es necesario desinfectarlos para evitar el crecimiento de esta amenaza para nuestra salud.

Medidas de desinfección

Una de las principales medidas que debemos llevar al respecto es tener varios estropajos y varias esponjas. Una de ellas deberá estar seca y lista para usar mientras la otra la limpiamos. Limpieza que debemos realizar cada semana. Pero la manera de limpiarla puede ser diversa, ya que la podemoslavar con agua y lejía o con agua y limón, que la desinfectará, aunque este proceso no eliminará las bacterias al cien por cien. Una manera de eliminarlas casi en su totalidad es calentando la esponja o el estropajo en el microondas durante un minuto, ya que el calor que éste desprende acabará con las bacterias.
Otra manera de acabar con la proliferación de bacterias es limpiar los estropajos y esponjas con frecuencia, eliminando los restos de comida o desperdicios que hayan podido quedar al fregar. Es necesario que además de esto escurramos muy bien la esponja y los estropajos para que se mantenga seca mientras no se está usando, ya que la humedad es la principal causa del desarrollo bacteriológico. Las manchas densas de grasa y salsas las debemos eliminar con papel de cocina en vez de con la esponja, ya que son más difíciles de eliminar y son un potente foco de bacterias.

Cuándo no debemos comer un yogur

yogur, cuando no comerlo

Esta semana, el yogur ha sido noticia en España ya que el gobierno con la iniciativa “Más alimento, menos desperdicio” ha decidido derogar la fecha de caducidad a los yogures y sustituirla por otra de consumo preferente.
Hoy en día, un yogur refrigerado correctamente y con el envasado correcto, podría ser bueno para el consumo hasta meses después de su envasado. Pero, ¿hasta cuándo podemos comernos un yogur?. Ese periodo indeterminado entre la fecha de consumo preferente y su caducidad es el que hará dudar a todos, entre comerlo o tirarlo.
A continuación, os voy a dejar unos consejos para saber cuándo NO debemos comer un yogur.

  • El yogur huele diferente. Este alimento tiene un olor agrio. Si veis que su sabor normal cambia y huele como a levadura, sabréis que las bacterias están invadiendo el yogur.

  • El yogur tiene la tapa abombada. Esto nos indica que las bacterias vivas que contiene el yogur se están reproduciendo dentro ya que emiten ciertos gases y hacen que se abombe la tapa.

  • El yogur está golpeado y deformado. Esto puede hacer que el envase se haya roto o que la tapa de aluminio se haya despegado. Si esto ocurre, se introducirán microorganismos en el alimento y lo dañarán incluso antes de la fecha de consumo preferente que nos marque el producto. Personalmente, cuando veo yogures en el supermercado golpeados o deformados, prefiero no comprarlos.

  • Ha crecido moho en el yogur. Esto habrá estropeado el alimento ya que habrá modificado su pH y habrá favorecido así el crecimiento de otras bacterias como las Pseudomonas que provocan la putrefacción de las proteínas lácteas del alimento.

  • El yogur sabe más amargo de lo normal. Es otro signo que nos indica que el alimento empieza a estar en mal estado y puede ser perjudicial para nuestro cuerpo.

Después de estos consejos, espero que ninguno pase una indigestión o una intoxicación por un yogur en mal estado. No merece la pena arriesgarse.

jueves, 4 de abril de 2013

Diferencias nutricionales entre un huevo con y sin yema

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Hoy le toca el turno al huevo, uno de los alimentos con mejor composición nutricional, sobre todo en cuanta a proteínas se refiere. Se puede preparar de muchas formas y según preferencias, se puede comer con o sin yema. La cuestión es que hay diferencias nutricionales entre un huevo con y sin yema. Estas diferencias sobre todo se basan en la cantidad de grasa.
Un huevo sin yema, es decir, la clara, no tiene nada de grasas. Esto tiene dos consecuencias nutricionales fundamentales: menos calorías y nada de vitaminas liposolubles como la Vitamina A, D o E. Pero el contenido en proteínas también se resiente, casi a la mitad, ya que la yema también tiene proteínas.
Los cálculos están hechos en base a un huevo estándar. Es lógico pensar que si quitamos la yema la clara pesa menos y todo se reduce. El dilema está en quitar la yema para eliminar la grasa o dejar la yema para obtener más proteínas y vitaminas. La cantidad de grasa de un huevo tampoco es demasiada, aunque si se busca restricción de calorías se puede tener en cuenta.

Algunos miedos infundados sobre los huevos

Huevos

El huevo es un alimento muy apreciado y uno de los que tienen especial interés dentro de la dieta alimenticia de todos nosotros. Es destacable el papel que tiene en la alimentación deportiva, ya que contiene altas cantidades de proteinas de muy buena calidad, que nos ayudará a conseguir unos músculos fuertes y en perfecto estado. A pesar de esto, muchas son las dudas y los miedos que han surgido entorno a este alimento. Por eso en esta ocasión vamos a detenernos en algunos de ellos.
Al tratarse de un alimento habitual y presente en nuestra dieta de manera constante, siempre ha estado en el ojo del huracán, y mucho es lo que se ha escrito y hablado sobre sus múltiples beneficios y perjuicios. En esta ocasión lo que queremos hacer es aclarar algunas dudas con respecto a este alimento tan habitual. Ante todo, lo que pretendemos es saber si todo lo que se dice del huevo es verdad o hay mucha falsedad entorno a sus cualidades.

Consumir claras crudas

En primer lugar nos vamos a detener en una creencia que se viene aplicando desde hace muchos años, y consiste en recomendar la ingesta de claras de huevo crudas para mejorar la salud. Esta creencia presupone que consumir de este modo el huevo, es mucho más saludable por ofrecernos más proteínas con menos aporte graso. Realmente esto es un error, ya que la proteína del huevo consumida de manera cruda no se asimila por el organismo. Para su correcta asimilación es necesario que la sometamos a la acción del calor que se produce al cocinarlo, ya que esto hará que las proteínas cambien su composición, pudiendo ser asimiladas por el organismo.

No pueden consumirse más de tres veces a la semana

De los huevos también se dice que no pueden consumirse más de tres veces a la semana, ya que contienen altas cantidades de colesterol y grasa. Esto no es del todo cierto, y es que sí que es verdad que la grasa se concentra en la yema del huevo, pero el aumento del colesterol no depende solamente de este alimento. Intervienen varios factores como la manera de prepararlos o el resto de la alimentación que seguimos en nuestro día a día.

Daño para el hígado

El daño que pueden causar al hígado los huevos es otra de las creencias extendidas acerca de este alimento. Es cierto que en exceso nada es recomendado, y precisamente esta creencia se debe a las altas cantidades de proteínas que contiene este alimento. Un exceso de proteínas puede ser perjudicial para el hígado debido a que éstas se asimilan a través de este órgano. Si controlamos la ingesta de huevos este alimento será muy beneficioso para el organismo, evitando así el riesgo de dañar el hígado.

El tamaño y la forma de los huevos

En cuanto a la forma y tamaño de los huevos también existen muchos mitos y creencias. El primero es que los huevos cuanto más grande mejor porque contienen más nutrientes. Esto no es verdad, ya que por norma general los huevos más grandes los ponen las gallinas más viejas. Estos ejemplares suelen contener menos nutrientes y tener un sabor mucho menos rico. También la cáscara es más delgada, por lo que el riesgo de que el huevo sea infectado por microrganismos es mayor.

El color de los huevos

El color de los huevos es otro de los puntos que se ha cuestionado sobre este alimento, y es que el color no determina nada en relación a los nutrientes que éstos contienen. Simplemente el color se debe a una pigmentación que se produce en la cáscara y que tiene que ver con el tipo de gallina, la alimentación que lleva… La estructura del producto es la misma, sea de uno u otro color. Por ello es importante que sepamos estas cosas para saber elegir y no discriminar este alimento por creencias sin fundamento.

Cómo ayudan las proteínas a adelgazar

Proteína

Las proteínas son consideradas nutrientes plásticos, es decir, esenciales para la construcción de estructuras de nuestro cuerpo, el músculo entre ellas. Pero las proteínas también nos ayudan a perder peso por el impacto que tienen en nuestro metabolismo y sus características.
No me malinterpretéis, no voy a hablar de que una dieta basada exclusivamente en proteínas es lo mejor para perder peso. Ya explicamos en un artículo los riesgos de pasarte con las proteinas. A continuación vamos a ver cómo una ingesta “correcta” de proteínas o algo más elevada de lo normal puede ayudarnos con la pérdida de peso.

El efecto saciante de las proteínas

Cuando comemos alimentos ricos en proteínas se produce un efecto saciante prolongado. Eso por ejemplo no ocurre con los hidratos de carbono y menos con los azúcares, que tienen el efecto contrario. De esta forma, con una comida rica en proteínas nos sentiremos saciados y con más sensación de plenitud, cortando antes el aporte calórico.
Esto lo podemos utilizar como estrategia dietética, de modo que en la parte del día donde más ansiedad tengamos por comer hagamos una ingesta de alimentos protéicos para controlar esa sensación y notar la saciedad. Que a igual cantidad de calorías de hidratos, grasa y proteínas, la proteínas genere antes la sensación de plenitud, es una ventaja con la que contamos.

La masa muscular aumenta el gasto energético

Batidos
Con mucha frecuencia suele ocurrir que tanto una persona sedentaria como un deportista quiere perder peso y sigue una dieta baja en calorías o hace mucho ejercicio. Esto tiene su lado positivo: lograremos adelgazar si el déficit energético es suficiente. Pero por otro lado, podemos correr el riesgo de no aportar suficientes proteínas y estar perdiendo masa muscular.
Proteger la masa muscular o incluso incrementarla con una rutina de hipertrofia es fundamental para adelgazar. El músculo es el tejido más metabólicamente activo que tiene el cuerpo, aún cuando estamos en reposo, cuanto más tengamos mejor porque más grasa podremos quemar. Podemos hacer un régimen dietético donde bajemos las calorías, pero asegurémosnos de que la ingesta de proteínas queda cubierta aportando 1,2-1,5 gramos de proteínas por cada kilo de peso.
Esto es algo que resulta muy paradójico para alguien que comienza a hacer deporte para perder peso, porque al principio incluso puede ganarlo a base de masa muscular y pensar que el ejercicio no funciona. Pero toda masa muscular que creemos no va a ser en vano, es una inversión a largo plazo, como un horno que no va a parar de quemar calorías.

Las proteínas aumentan la creación de músculo

Algo muy relacionado con el punto anterior y con el objetivo de crear más tejido muscular para así ser metabólicamente más activo y consumir más calorías. Los aminoácidos procedentes de la dieta suponen un estímulo para la síntesis protéica, así evitaremos pérdida de masa muscular o incluso podremos aumentarla.
Parece ser que al ingerir alimentos protéicos hay cambios en los niveles da aminoácidos esenciales, sobre todo de leucina. Esto es un estímulo en las vías que conducen a la síntesis protéica. Si hemos provocado el estímulo para la creación de músculo y hay aminoácidos suficientes para construirlo, perfecto.

Las proteínas necesitan de más energía para ser digeridas

huevos
Un consumo de alimentos protéicos produce un mayor gasto energético para digerirlos. Es lo que conocemos como efecto térmico de los alimentos o termogénesis. Las proteínas son moléculas complejas que digerir y necesitan de más recursos que otros nutrientes para ser digeridos.
Un alimento rico en azúcar sabemos que se absorbe con relativa facilidad, en cambio un aminoácido procedente de una proteínas de la carne no es tan eficiente. Mientras que grasas e hidratos pueden necesitar de un 10-15% de la energía de la comida para digerise, las proteínas van a necesitar nada menos que el 25% del gasto energético de una comida para ser digeridas.
Aunque en cifras no resulte un dato muy extremo, esto sumado a los factores antes nombrados nos proporciona cierta ventaja metabólica para quemar más calorías y evitar comer más.

Conclusiones respecto a las proteínas para adelgazar

Basar una dieta en proteínas no es algo milagroso que hace que perdamos kilos de forma acelerada. Simplemente tenemos que asegurarnos de que en nuestra dieta hay las suficientes proteínas, ya que así tendremos un punto de apoyo para mejorar la pérdida de peso. Por supuesto, mejorar hábitos nutricionales y hacer ejercicio son los pilares básicos de un programa para pérdida de peso.
Alimentos como: carne, pescado, legumbres, huevo, leche y frutos secos van a ser fundamentales en una dieta para perder peso. No hay que basarse solamente en verduras y fruta, que tienen pocas calorías, sí, pero muy pocos nutrientes.
Un aporte correcto de proteínas va a permitir proteger y crear músculo, que gastará mas calorías al día. La sensación de saciedad al comer nos llegará antes, pudiendo controlar el apetito y la ansiedad por comer. Y por último, el digerir proteínas le cuesta más energía al organismo, una ayudita más.
Como veis, consumir proteínas de forma correcta en una dieta de adelgazamiento no es milagroso pero nos va a proporcionar un pequeño empujoncito que hará más visible conseguir nuestro objetivo.

Los peligros de las dietas proteicas

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Las dietas ricas en proteinas son la última moda entre los famosos y la mayoría de personas que quiere perder unos kilos de la manera más rápida y sencilla. La tendencia a adoptar este tipo de dieta es algo que se repite día a día, y es que adelgazar sin dejar de comer es una opción muy apetecible. Pero este tipo de dietas puede tener más inconvenientes de los que pensamos. Por ello en esta ocasión vamos a detenernos en los riesgos que tienen las dietas ricas en proteínas.
Una dieta rica en proteínas se caracteriza porque los alimentos que se consumen son muy ricos en proteínas, la carne, el pescado, los derivados lácteos… En estas dietas se excluyen aquellos alimentos que contienen altas cantidades de hidratos de carbono, así como los azúcares e incluso las frutas y verduras, por contener este tipo de nutrientes que rompen la constante de una dieta basada en un tipo de nutriente determinado.
CARACTERISTICAS DE ESTE TIPO DE DIETAS
Es cierto que este tipo de dieta te hace perder kilos de manera rápida, pero ¿a qué precio? las consecuencias pueden ser devastadoras para nuestro organismo. Por ello es necesario que sepamos a lo que nos estamos arriesgando al ingerir solamente un tipo de alimentos basados en un tipo de nutriente y nada más. Además, este tipo de dietas no tienen unos efectos duraderos, ya que al retomar la dieta habitual los kilos perdidos se ganan con mucha facilidad.

EFECTOS FíSICOS
Además de no ser un tipo de dieta demasiado efectiva, debemos destacar que al ingerir altas cantidades de proteínas pondrá a trabajar a determinadas partes de nuestro cuerpo en exceso, como es el caso de los riñones y del hígado, que recibirán un sobreesfuerzo poniéndose en peligro.
El cuerpo necesita siempre hidratos de carbono para tener energía. Al no ingerirla a través de los alimentos, lo que conseguiremos será activar un mecanismo por el que el cuerpo destruirá parte de la masa muscular para obtener energía. Esto es parte del peso que se pierde, pero al perder masa muscular lo que conseguimos es ralentizar el metabolismo, ya que nuestro cuerpo consume mucha menos energía en reposo. Este hecho es el que hace que al volver a comer igual aumentemos de peso rápidamente e incluso lo hagamos más rápido que antes de comenzar la dieta.
La glucosa es el combustible de nuestro cuerpo, y se obtiene de los hidratos de carbono. Al no ingerir este tipo de nutrientes lo que conseguiremos será que se produzca lo que se conoce como cetosis, es decir, la obtención de la energía a través de las grasas, que desencadenará en nuestro cuerpocambios fisiológicos que se traducen en malestar, desgana, nauseas, mareos… Este cambio hace que los fluidos corporales se vuelvan más ácidos, algo que puede producir alteraciones nerviosas y fallos en la capacidad contráctil de las fibras cardiacas.
Esta bajada del PH de los fluidos corporales darán a nuestro cuerpo vía libre para ser más proclive a padecer enfermedades crónicas. Pero no solo esto, sino que el organismo no aprovechará bien los nutrientes que ingerimos, ya que se centrará en la búsqueda de glucosa que no encontrará en los alimentos. Esto nos dará fuertes carencias de nutrientes necesarios para el correcto funcionamiento del organismo.
La falta de fibra en este tipo de dietas hará que nuestro organismo no esté en perfecto estado, ya que el estreñimiento hará acto de presencia, evitando eliminar las sustancias de deshecho del organismo. Junto a esto hay que tener en cuenta que la mayoría de los alimentos ricos en proteínas tienen altas cantidades de grasas, que hará que nuestros niveles de colesterol, ácido úrico y triglicéridos aumente considerablemente, poniendo en riesgo nuestra salud.
Por estos motivos es necesario que tengamos cuidado a la hora de elegir como adelgazar, pues la mejor solución y la más duradera es seguir una dieta equilibrada y practicar deporte de manera habitual, ya que los resultados obtenidos serán duraderos y nos ayudará a mantener un organismo en perfecto estado.

Elaboración de Patatas fritas

Aqui les dejo un vídeo sobre el proceso de elaboración de las patatas fritas.

Asimilación lenta y asimilación rápida

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Hemos hablado muchas veces del tiempo de asimilación de los alimentos, sobre todo siempre que hablamos de las proteínas puntualizamos que estás tienen la peculiaridad de asimilarse rápidamente. En este post vamos a hablar de la asimilación lenta y la asimilación rápida de los alimentos.
Antes de nada debemos decir que cuando hablamos de asimilación o de absorción de los alimentos por parte de nuestro organismo estamos hablamos del tiempo que se tarda en descomponer los alimentos en los compuesto más simples que el organismo puede utilizar para generar energía o construir músculo entre otras funciones.

Asimilación lenta

Todos los alimentos no tienen el mismo tiempo de asimilación ya que algunos de ellos requieren de una larga digestión en el estómago ya que están compuesto de moléculas complejas que necesitan de una acción prolongada y persistente de las enzimas digestivas para su descomposición.
Estos alimentos se conocen como alimentos de asimilación lenta ya que pasan bastante minutos desde que se ingieren con la comida hasta que nuestro organismo puede utilizar los elementos más simples que lo componen para diversas funciones: regeneración, energéticas o construcción de tejidos musculares.
Algunos ejemplos de alimentos de digestión lenta son: 
  • Grasas: como por ejemplo aceite de oliva, de girasol, de maiz, manteca, mantequilla y margarina.
  • Carnes grasas: carnes de cerdo, carnes grasas, carnes de cordero y embutidos de todo tipo.
  • Quesos: quesos curados, semicurados, queso fresco o quesos grasos
  • Huevos: todo tipo de huevos (avestruz, gallina, cordoniz, pato…) sobre todo la clara.
  • Ciertas frutas: Manzana, cereza, higo, pomelo, melocotón, ciruela
  • Leche: todos los productos derivados de la leche y con lactosa son alimentos de asimilación lenta: yogures, flanes, batidos, ...
  • Legumbres y hortalizas: alubias, lentejas y guisantes.
  • Frutos secos: dátil seco, nueces, almendras, avellanas, maníes, pistachos, cocos, castañas de cajú y piñones, entre otros.
  • Batidos de asimilación lenta: son batidos de proteínas de caseína que se asimilan muy lentamente (se suelen tomar con leche para ralentizar más aún).
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Asimilación rápida

Por el contrario existe una serie de alimentos que en vez de realizar la mayor parte de su digestión en el estómago, donde sólo permanecen un breve espacio de tiempo, pasan al intestino donde principalmente se digieren y pasan directamente al duodeno.
A estos otros alimentos se les conoce como alimentos de asimilación rápida ya que su digestión o estancia en el estómago es muy corta, y se disgregan en elementos básicos en muy poco tiempo. Normalmente son alimentos con moléculas no complejas, alimentos prediseñados para este fin o pre digeridos.
Algunos alimentos de ejemplo que son de asimilación rápida pueden ser: 
  • Alimentos y frutas muy dulces: como pueden ser la miel, azúcar de mesa, uvas pasas, dátiles, plátanos….
  • Salsas o condimientos: con alta cantidad de azúcares como sirópes, kepchup o salsa agridulce.
  • Pescados bajos en grasa: como puede ser los pescados blancos: merluza, bacalao, mero…
  • Carne magra (sin grasa): aunque en menor medida como puede ser pechuga de pollo o de pavo.
  • Otros: pan blanco, arroz, cereales, patatas o batidos de proteínas (no caseina)

Qué pasa cuando mezclamos ambos

Cuando mezclamos alimentos de asimilación o digestión lenta con otros que son de asimilación o digestión rápida, éstos últimos no pueden pasar al intestino hasta que los más lentos han sido digeridos, permaneciendo en el estómago a medio digerir durante una o varias horas y a una temperatura de 38 a 40 grados.
Esto hace que la digestión global se ralentice con lo que conlleva habitualmente la fermentación de los azúcares y almidones, enranciamiento de las grasas y una digestión incompleta de las proteínas más complejas, con lo que no se aprovecha todo como se debería.

Conclusión

Si nos remitimos a lo que conseja la alimentación disociativa, puede ser conveniente no mezclar ambos tipos de alimentos, y en caso de hacerlo, tomar primero los de digestión rápida y dejar pasar una media hora antes de consumir el resto, para que los rápidos encuentren vía libre para pasar al duodeno sin verse interferidos por la digestión de los lentos.
Este principio es un tanto puntilloso y más bien lo que deberíamos aprender es sobre todo a usar unos u otros dependiendo del momento en que necesitemos los unos o los otros, como puede ser alimentos lentos en el desayuno o previos a una etapa de resistencia o sesión intensa de pesas, alimentos rápidos para recargar tras una sesión de cardio o de pesas exigentes.
Recuerda que hay momentos en cada día que querrás asimilar antes las cosas bien para recuperar el glucógeno antes o bien para aprovechar una ventana anabólica tras las pesas y momentos en los que la recarga deba ser progresiva o lo más lenta posible para no sufrir picos de insulina. Todo es cuestión de adaptar lo que se come a las necesidades individuales de cada momento y objjetivo.

Desmintiendo algunos mitos sobre la mezcla de proteínas e hidratos en la dieta

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Constantemente estamos escuchando en el gimnasio a nuestros compañeros comentar que si es bueno hacer esto con las proteínas, que si es mejor mezclarlas con hidratos, que si es mejor esto otro… La mayoría de las aseveraciones que oímos no tienen ninguna base científica ni explicación lógica, y aún así pasan a ser algo que todos creemos a pies juntillas y que llevamos a la práctica. Por ello queremos desmentir algunos mitos sobre la mezcla de proteínas e hidratos de carbono en la alimentación.
Ambos son dos tipos de nutrientes totalmente necesarios para todo deportista, ya que nos brindan energía y alimento a los músculos. Pero muchas veces combinarlos nos trae de cabeza, ya que circulan en torno suyo muchos mitos. Uno de los más conocidos es que mezclar ambos nutrientes es una garantía de aumentar el número de calorías y engordar. Esto es totalmente falso, ya que el organismo asimila cada nutriente por sí solo y distingue entre ambos. En contra de lo que muchos piensan, no existe ningún estudio al respecto que asegure que las proteínas y los hidratos combinados nos engorden mucho más.
Otro mito habitual es que en la dieta de todo deportista deben primar las proteínas en detrimento de los hidratos de carbono, ya que de este modo el aumento de masa muscular será más limpio. Esto es algo totalmente falso, y es que los hidratos son necesarios para mantener unos niveles de energía corporal óptimos y listos para poder enfrentarnos a una actividad prolongada. Las proteínas deben estar presentes en nuestra dieta, pero con moderación, ya que un exceso produce un desgaste renal y aumenta la posibilidad de que se produzcan cálculos y un rápido envejecimiento de esta parte del cuerpo. Por ello es necesario combinar ambos tipos de nutrientes de manera equilibrada.
La mezcla de diferentes tipos de hidratos y de diferentes clases de proteínas es algo que muchos consideran negativo e incluso nocivo par ala salud. Es cierto que es importante que diferenciemos las clases de nutrientes del mismo tipo por su procedencia, pero mezclar varias no es malo para el organismo. Se trata de algo infundado, ya que como hemos dicho anteriormente, el cuerpo los diferencia y clasifica dependiendo de su naturaleza. Por ello los utilizara de mejor o peor manera, pero en ningún caso hacer esto nos llevará a engordar o empeorar nuestra salud.
Es importante que seamos críticos a la hora de escuchar estas afirmaciones y pensemos con la cabeza, ya que en la dieta nada sobra, y todos los nutrientes son necesarios en su justa medida y sin pasarse. También hay que considerar que todo deportista necesita más cantidad de energía y alimento para los músculos, ya que sufren un fuerte desgaste. Por ello las proteínas y los hidratos de carbono son imprescindibles.

Alimentación saludable en primavera: ensaladas completas

Ensalada

Este año el invierno se está alargando un poco más de lo esperado, pero el buen tiempo está a la vuelta de la esquina, y con él las ganas de comer verduras de temporada. Vamos a ver qué alimentos podemos combinar esta primavera para conseguir que nuestras ensaladas sean platos completos.
Con el frío apetecen más las sopas o los caldos; pero la primavera puede ser perfecta para hacer nuestra alimentación más saludable a través de ricos platos de ensalada. Os presento los musts de mis platos estivales.
La base de la ensalada suele ser siempre la lechuga, tanto iceberg como romana, pero no podemos dejar de lado otras opciones. Las espinacas frescas, los canónigos o la rúcula están entre mis favoritos.
Otros vegetales que podemos añadir a nuestras ensaladas sin peligro de aumentar las calorías de estas son tomates (tomate en rama, tomatitos cherry…), guisantes, judías verdes, zanahorias, espárragos… Las formas más sanas de incorporarlos son crudos o bien cocinados al vapor, al horno o en el wok.
Para ser un plato completo, nuestra ensalada no puede prescindir de un buen aporte de proteínas.Pescados como el atún al natural o en aceite, o el salmón ahumado son grandes clásicos de las ensaladas. Si añadís otras fuentes de proteína como pollo o pavo, mucho cuidado a la hora de cocinarlo: a la plancha es la mejor opción para no añadir calorías extra.
Las legumbres también son una buena fuente de proteínas: los garbanzos, las lentejas y las habichuelas nos aportan además minerales y vitaminas con un bajo contenido en grasas.
Cuidado con los quesos, que pueden aportar mucho sabor a nuestros platos, pero generalmente suelen ser muy grasos. Lo mejor es optar por el queso fresco tipo “queso de Burgos” o aquellos que son 0% materia grasa. En cualquier caso, si controlamos las cantidades, poner queso en nuestras ensaladas no tiene por qué ser un problema.
Como complementos para aportar sabor y hacer nuestros platos diferentes podemos añadir aceitunas (que aportan antioxidantes), frutos secos como nueces, almendras o piñones (que nos ofrecen oligoelementos y vitaminas) o especias como albahaca, tomillo o pimienta.
Por último, mucho ojo a la hora de aliñar nuestras ensaladas, porque es aquí cuando solemos pasarnos con las calorías. Huid de las salsas procesadas: mucho mejor si las preparáis en casa. Yo suelo optar por el clásico aceite, sal y vinagre, pero podéis preparar ricas vinagretas o salsas de yogur sin miedo a convertir el plato en hipercalórico.
Pimientos, frutas, champiñones, pimientos… Y vosotros, ¿qué soléis añadir a vuestras ensaladas?

Diferentes gamas de conservación de los alimentos

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Cuando asistimos al supermercado a comprar en más de una ocasión nos sentimos desorientados con la cantidad de alimentos que existen y las diferentes posibilidades de conservación que se presentan. Para muchos todo esto supone un reto a la hora de elegir los alimentos que más se ajusten a su tipo de vida y a las necesidades nutricionales que anda buscando esa persona. Para poner las cosas un poco más fáciles lo que vamos ha hacer es diferenciar entre las distintas gamas de alimentos según su conservación.
En primer lugar tenemos los alimentos de primera gama. Son los que llevan un proceso tradicional de conservación como el salazón… Las verduras y alimentos frescos también entrarán en este grupo, y es que para su conservación solamente se les somete a refrigeración que oscila entre los cero y los cinco grados centígrados. Es la forma más vieja de conservar los alimentos y por ello es la que conserva mejor las propiedades de los alimentos, aunque es una forma de conservación perecedera, por lo que no debemos dejar pasar demasiado tiempo hasta que consumamos ese alimento.
Justo después nos encontramos los alimentos de segunda gama. En este grupo se incluyen todos los alimentos que han sido sometidos a un proceso de conservación a través de diferentes técnicas encaminadas a introducirlos en recipientes de metal o vidrio. En este grupo estarían las conservas y semi-conservas. Es una buena manera de proteger los alimentos y conservar sus propiedades por más tiempo. Son alimentos que no necesitan frío y que duran mucho tiempo conservados de esta manera.
Los alimentos de tercera gama son aquellos que para su conservación se han congelado. El alimento se ha sometido a un proceso de congelación crudo, por lo que es necesaria su descongelación para cocinarlo posteriormente antes de ingerirlo. Es una de las maneras más extendidas de conservar todo tipo de alimentos. Es necesario cuidar los tiempos y no romper la cadena de frío para mantener las propiedades de los alimentos, ya que muchas se pierden al someterlos a la congelación.
Los alimentos de cuarta gama son los que se han envasado para venderlos. Son alimentos que están frescos o crudos pero metidos en un envase para mejorar sus condiciones de conservación y alargar unos días su consumo. Deben conservarse refrigerados y conservan intactas todas las cualidades del alimento.
En la quinta gama tenemos aquellos alimentos que han sido cocinados previamente y se han sometido a un proceso de congelación para conservar el alimento por más tiempo. Para consumirse deben calentarse. Este tipo de alimentos suele llevar ingredientes capaces de aguantar la congelación. Son más duraderos que los frescos, pero no conservar las mismas cualidades ni el mismo sabor que un alimento preparado de forma directa.

Cuidados para evitar que se contaminen los alimentos de la nevera

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Gracias a la nevera los alimentos se mantienen por más tiempo impecables y sin bacterias. Este invento revolucionó la alimentación y los productos que tenemos a nuestro alcance, ya que los procesos de conservación de los mismos cambiaron. Pero a pesar de esto es un electrodoméstico que requiere un cierto mantenimiento, ya que a pesar de permanecer a temperaturas bajas, si no lo cuidamos como es debido puede llegar a desarrollar bacterias que contaminen los alimentos que queremos conservar. Por ello vamos a ver algunos consejos para evitar que esto suceda.
Antes de nada debemos ser conscientes y controlar en todo momento la temperatura de nuestra nevera para saber que los alimentos que contiene se están conservando correctamente. La temperatura ideal son cuatro o cinco grados para los alimentos que queremos mantener frescos, por ello debemos adaptar la temperatura en invierno y en verano para compensar con la del exterior. Junto a esto es necesario respetar cada uno de los huecos para destinarlo a un tipo de alimento, por ejemplo las hueveras para los huevos, las estanterías más cercanas al motor para carne y pescado por la concentración mayor de frío…
La limpieza es fundamental, y por ello es necesario que a la hora de meter alimentos lo hagamos en recipientes cerrados que eviten su derrame y la posterior contaminación de unos alimentos con otros. En el caso de derrame es necesario que limpiemos de inmediato todo lo que se nos ha caído, ya quedejar la nevera sucia es un riesgo enorme de bacterias y malos olores dentro de la nevera, haciendo que el resto de alimentos se estropeen.
A la hora de meter los alimentos para su conservación es esencial que tengamos en cuenta que una nevera no es un congelador, por lo que no podemos dejar un alimento más de cuatro días dentro, ya que se empezará aponer malo y a contaminar a los demás que tiene alrededor. Lo mismo sucede con las frutas y verduras que acumulamos muchas veces en los cajones de la nevera y que empiezan a echar moho. Esto lo que hará será contaminar al resto y hacer que también proliferen hongos en la nevera.
Los alimentos que va a contener en su interior nunca deben estar apiñados ni juntos, ya que no es demasiado recomendable llenar en exceso la nevera, pues con ello conseguiremos aumentar la temperatura interna y empeorar el proceso de conservación, Es recomendable que los alimentos no se den unos contra otros, y que estén expuestos al fresco de la misma manera por todas sus caras. Al igual que esto, debemos evitar introducir los alimentos calientes, ya que aumentará la temperatura de la nevera y con ello el riesgo de proliferación bacteriana.

Factores a controlar para evitar la contaminación de los alimentos

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La contaminación de los alimentos a la hora de conservarlos es algo que a todos nos trae de cabeza, y es que muchos son los puntos que debemos tener en cuenta para evitar que los agentes patógenos que se encargan de contaminar los alimentos se apoderen de ellos. Por norma general existen tres puntos que debemos tener en cuenta a la hora de proteger los alimentos, y estos son la temperatura, el ph de los alimentos y el agua que éstos contienen. Es importante controlarlos para evitar que se estropee la comida que queremos conservar.
La temperatura es un punto que debemos tener en cuenta a la hora de conservar los alimentos, de hecho es uno de los más importantes, pues de ella depende la proliferación de muchos de los microorganismo que poblarán los alimentos. Existen diferentes formas de detener el crecimiento de patógenos mediante la temperatura, una es por el frío, que puede ser refrigeración o congelación. La refrigeración mantiene el alimento fresco para que no crezcan microorganismos, aunque con el paso del tiempo algunos surgen. La congelación consiste en mantener a los alimentos a temperaturas tan bajas que no crean agentes patógenos. En cambio, las temperaturas elevadas también acaban con muchos patógenos, por lo que al cocinarlos muchas sustancias nocivas mueren.
Controlar el ph de los alimentos es otra manera de evitar la proliferación de organismos patógenos que nos pueden causar enfermedades. La mayoría de los agentes que contaminan los alimentos aguanta un ph de entre cinco y 8, por lo que debemos evitar que este se mantenga en estas cifras. Por ello muchos alimentos se conservan en ácidos como el vinagre, o el limón, para evitar la proliferación de sustancias que pueden hacernos mal.
El agua de los alimentos es otra manera por la que las sustancias patógenas de los mismos se reproducen y crecen, y es que conservar alimentos con grandes cantidades de agua es un problema, pues es un caldo de cultivo de bacterias y hongos. Por ello es mejor mantener los alimentos deshidratados a la hora de conservarlos, pues evitaremos que se produzca el crecimiento de estos organismos. Si es necesario que el alimento permanezca con agua, lo podemos hacer con almíbares, ya que al contener grandes cantidades de azúcares el agua disminuye. Lo mismo sucede al utilizar sal en la conservación, ya que ésta disminuye la cantidad de agua, pero hay que tener presente que también se puede alterar el sabor del alimento.
Es importante que tengamos esto en cuenta a la hora de conservar los alimentos, pues los agentes patógenos que se producen en ellos son la causa de infinidad de enfermedades y malestares digestivos que pueden traducirse en un empeoramiento de la salud general que debemos evitar a toda costa.

La cocción, ¿modifica las calorías de los nutrientes?

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Si un alimento es sometido a cocción¿se modifican las calorías de los nutrientes?. Pues la respuesta es un poco completa, porque si bien los nutrientes continúan aportando igual cantidad de nutrientes por gramo, al organismo no le costará lo mismo obtenerlas.
Sabemos que nuestro quema calorias con la digestión de cada nutriente, pero no será lo mismo metabolizar unos 100 gramos de espinaca cruda que la misma cantidad del vegetal cocido, y en realidad, es la cocción la que modifica la energía total final que obtenemos de los nutrientes.
Así, si facilitamos la digestión de un alimento porque la cocción destruye partes indigeribles como la fibra o permite un más rápido desmoronamiento de partículas en nuestra cuerpo, si bien los nutrientes continuarán aportando igual calorías, quemaremos menos en obtenerlas, entonces, el balance energético es mayor que si al cuerpo le implica un alto costo energético metabolizar el alimento.
100 gramos de espinaca fresca poseen las mismas calorías que 100 gramos de espinaca cocida y picada, pero al cuerpo le cuesta muchas menos calorías metabolizar estas últimas, por lo tanto, la ecuación indica que nos quedamos con más calorías de ésta última que de la primera.
Concluyendo, la cocción no modifica las calorías que aportan los nutrientes pero sí las que nuestro cuerpo quema para digerirlos y obtener energía, entonces, siempre tendremos menos calorías finales de los alimentos frescos que de los cocidos.

Industria alimentaria y el medio ambiente


La industria alimentaria genera residuos.
Vamos a hablar un poco sobre los aspectos ambientales que produce  la industria alimentaria. Ojo, esta es solo una pequeña introducción al tema.

Primero que nada, un aspecto ambiental es cualquier elemento de una organización que puede interactuar con el medio ambiente, o sea que puede generar un cambio (lo que se llama impacto ambiental).

Entonces revisemos un poco sobre los aspectos ambientales

Residuos sólidos: En la industria de alimentos diría que dos tipos de empresas. Las que generan gran cantidad de residuos sólidos como por ejemplo las que trabajan carnes, aves y frutas. Entonces tenemos como residuos huesos, plumas, cáscaras, semillas, etc. que no forman parte del producto final y tienen que buscar un método para eliminarlos. Generalmente estos residuos pueden usarse como alimento balanceado para ganado.
El otro tipo de empresas es aquella que no genera tantos residuos, como por ejemplo los que hacen lácteos donde toda la materia prima se utiliza. Generalmente los residuos sólidos que se generan en esta empresa son materiales de empaque como plásticos. Estos residuos generalmente pueden ser reciclados.

Residuos líquidos: O efluentes, pueden ser aguas de lavado producto del lavado de equipos y utensilios, que pueden tener residuos de detergente y desinfectante. También pueden tener contenido orgánico como aceites, jugos, sangre y restos del producto por lo que puede ser necesario un tratamiento previo antes de ser desechado a la red pública. Por eso el uso de trampas de grasa y métodos similares en varias empresas.

Residuos gaseosos: O emisiones, generados por el uso de calderos por ejemplo. Se genera vapor de agua principalmente que termina saliendo a la atmósfera.

Consumo de energía: Otra vez el caldero está vinculado con el consumo de energía. Ya que puede funcionar con gasolina, kerosene, o gas. La fuente de energía más limpia es el gas y apuntar a eso es positivo.

Consumo de agua: Y claro que se usa agua en la industria de alimentos! Para limpieza, lavado de manos, constantemente. El consumo excesivo y desmedido de agua también puede ser considerado un aspecto ambiental relevante.


LA IMPORTANCIA DE LA SAL


La importancia de la sal

¿Se han dado cuenta de la importancia de la sal en la industria de alimentos? 
Hay varias aplicaciones, que vamos a tratar de resumir en este post:

  • el más obvio, para dar sabor, pues claro sí prácticamente es uno de los sabores básicos. Ojo que no solo sirve para que los alimentos tengan sabor salado sino también para enfatizar otros sabores. De esta manera se utiliza en pastelería junto al azúcar en una pequeña proporción para afianzar el sabor que queremos obtener. 
  • como conservante. En algún post antiguo hemos hablado del tema. Por ejemplo se salan los pescados (¿han probado el paiche salado por ejemplo?), la idea es reducir la cantidad de agua disponible en el alimento para que no pueda ser deteriorado por microorganismos.  Por eso, a su vez la sal resulta un ingrediente fundamental en la elaboración del pan para controlar el grado de fermentación de la masa ya que inhibe el crecimiento de levaduras.
  • como "refrigerante". La salmuera (solución de sal en agua) Suele emplearse en muchas instalaciones frigoríficas, para transportar el frío desde el líquido –o gas frigorígeno- hasta las cámaras de refrigeración; esto se debe a la baja temperatura de congelación de la salmuera, que le permite transmitir el frío sin cristalizarse.
  • como ablandador. En las carnes cumple un papel como agente aglutinante, ablandador y capaz de proporcionar color permite ofrecer al consumidor una presencia más compacta y atractiva en todos los embutidos tradicionales y en las carnes frescas preparadas y aliñadas.
La sal también es importante para la hidratación del cuerpo. Si se suda demasiado se pierden sales y en condiciones extremas (como un desierto por ejemplo) es necesario tener un poco de sal para asegurar la hidratación. 

Nota de trivia: La sal fue el motivo de construcción de un camino desde las salitreras de Ostia hasta la ciudad de Roma, unos quinientos años antes de Cristo. Este camino fue llamado "Vía Salaria". Los soldados romanos que cuidaban esta ruta recibían parte de su pago en sal. De allí viene la palabra "salario" y también la superstición de derramar la sal da mala suerte, porque obviamente estabas perdiendo parte de tu sueldo!